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Las pantallas y el sueño de los niños.

Actualizado: 10 sept 2022

Las pantallas hacen parte de nuestro día a día. Hacen parte de la cotidianidad donde casi a toda hora debemos interactuar con ellas. Por eso, es importante tener en cuenta algunas pautas para minimizar los efectos que estas puedan tener sobre nuestros ritmos circadianos y, sobre todo, conocer a profundidad los efectos que pueden tener sobre los niños.


Está demostrado que el uso de pantallas en los niños no es para nada favorable. Los estudios demuestran que el uso excesivo de pantallas podría retrasar el desarrollo de un niño y causarle retrocesos en su capacidad de aprendizaje. Los mismos estudios recomiendan que no haya absolutamente nada de tiempo de pantallas antes de los 2 años de edad.


Cualquier papá o mamá que haya experimentado ofrecerle tiempo de TV, una Tablet o celular a su hijo, puede decir con certeza que tienen un efecto mágico e hipnotizador sobre el niño. Es increíble lo rápido que logran captar su atención y mantenerlos atentos a lo que sucede en ese mundo digital. Es por eso que, muchas veces recurrimos a las pantallas porque nos dan una mano increíble con nuestros hijos cuando necesitamos unos minutos de calma y silencio. Por ejemplo, cuando viajamos en carro o en avión, las pantallas salen a rescatarnos y nos aseguran un tiempo de calma. Sin embargo, el problema está en que la frecuencia del uso se vuelve cada vez mayor y en vez de enseñarle a nuestros hijos otros métodos para calmarse, enseñarle a estar quieto a pesar se sentirse aburrido Y enseñarle formas de tranquilizarse sin tener que recurrir a un estímulo externo, les enseñamos a hipnotizarse detrás de una pantalla.


Piensa en las veces que te ha tocado terminar un trabajo en el computador hasta muy tarde en la noche, y después, por más agotado que estés, te cuesta mucho conciliar el sueño. Esto sucede porque la exposición a las pantallas altera nuestra producción natural de melatonina que es la hormona encargada de regular nuestros ciclos de sueño y la encargada de ayudarnos a quedarnos dormidos en la noche.


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Las pantallas de celulares, televisores, computadores, tablets o lectores electrónicos tienen una longitud de onda corta y luz azul, la cual engaña al cerebro y le hace creer que es de día; entonces, nuestro cerebro nos hace producir altos niveles de cortisol para sentirnos despiertos y alerta. Por eso, cuando pasamos mucho tiempo frente a las pantallas empezamos a intervenir en nuestros procesos metabólicos, le estaremos indicando al cuerpo que produzca la hormona equivocada en ese momento. Si el efecto de las pantallas es tan significante sobre nosotros los adultos, ahora podrás imaginar que el efecto que tienen sobre los niños es muchísimo más alto.

Un bebé o niño que ve televisión y luego es llevado a dormir, le va a costar muchísimo conciliar el sueño. Presentará lo que llamamos un estado de “Wired and Tired” que es esa misma sensación que describía antes cuando terminamos el trabajo, estamos agotados, apagamos el computador pero no logramos quedarnos dormidos. Como los niños no saben que les sucede, estas situaciones se vuelven muy frustrantes, lo que termina elevando aún más los niveles de cortisol.

Los padres saben bien que, cuando los niños o bebes están muy cansados, resultará en múltiples despertares nocturnos y en que se despierten más temprano en la mañana. Por eso, el uso de pantallas altera la duración y la calidad del sueño, quitándole su importante función reparadora y reguladora. Además, se comprobó que hay una relación directa de bruxismo dental en niños cuando y el uso de pantallas.

Así mismo, la AAP (Academia Americana de Pediatría) estableció los siguientes tiempos como los más óptimos para pasar frente a las pantallas dependiendo de la edad:

0 – 2 años: Nada de pantallas

2 – 5 años: Entre media y una hora al día

7 – 12 años: Una hora

12 – 15 años: Una hora y media

Lo importante es que las pantallas no empiecen a interferir con la vida normal de los niños y ojalá no tengan nada que ver con sus rutinas a la hora de dormir. En caso de que el niño ya las use, lo ideal es que no haya interacción con pantallas por lo menos 1 hora antes de irse a dormir.

Una buena recomendación es establecer unos horarios de uso de pantallas y unos tiempos límites determinados. Este plan será completamente diseñado por la familia, teniendo en cuenta el tiempo que cada papá o mamá se sienta cómodo con que sus hijos estén frente a una pantalla. Lo importante es establecer las reglas y asegurarse que se cumplan. Como con todo, regular este tiempo y crear buenos hábitos desde muy pequeños será beneficioso a largo plazo.

Como explica la psicóloga Sheri Madigan, "Los padres pueden pensar en las pantallas como si les dieran comida basura a sus hijos: en pequeñas dosis no es tan malo, pero con exceso tiene consecuencias".

Es importante no satanizar las cosas, si el uso de una Tablet te ayuda a lograr unos minutos de calma que necesitas para realizar una llamada, para estar en una sala de espera o por cualquier otro motivo, no te sientas mal de recurrir a esa ayuda. Lo importante es tener en cuenta que existen consecuencias del uso excesivo y que en lo posible debemos usarlas como último recurso.





http://tecnologiaenfamilia.com/pantallas-ninos-tiempo-uso-exposicion-recomendado/


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