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¿Por qué es importante el sueño en nuestros bebés y niños pequeños?

¿Por qué es importante el sueño en nuestros bebés y niños pequeños?

Dormir y descansar bien es fundamental para nuestros organismos. Se ha comprobado que una persona puede pasar más días sin comer que días sin dormir. Sin embargo, muchas veces pasamos por alto la necesidad de descansar bien y no lo tenemos como una prioridad en nuestros horarios. En el caso de bebés y niños pequeños, no tener el sueño como una prioridad podrá resultar en una serie de problemas en su desarrollo que debemos evitar.

El descanso juega un papel tan fundamental y tan importante que debemos siempre asegurarnos que se cumplan las necesidades de sueño según la etapa de desarrollo de cada uno de nuestros hijos. El sueño es clave en el desarrollo y la salud tanto física como mental y se ha comprobado que, una hora más de sueño puede hacer una diferencia significante.

“El sueño es un período durante el cual el cerebro participa en una serie de actividades necesarias para la vida, que están estrechamente relacionadas con la calidad de vida” – Mark Wu, M.D., Ph.D experto en sueño y neurólogo de Johns Hopkins.


¿Qué pasa cuando dormimos?

El sueño es un componente esencial para la salud mental y física. Tiene un impacto directo en la felicidad, capacidad de atención y reacción, desempeño cognitivo, temperamento, resiliencia, adquisición de vocabulario, aprendizaje y memoria. Si alguna vez te has sentido cansado después de trasnochar, estarás de acuerdo en que dormir afecta significativamente las funciones cerebrales.

Las investigaciones coinciden cuando dormimos, estamos supliendo una necesidad neuronal y cerebral ya que nuestros cerebros realizan importantes tareas de clasificar, almacenar y procesar la información obtenida durante el día. Durante los periodos de sueño el cerebro se reorganiza, crea conexiones neuronales nuevas o refuerza las conexiones ya existentes generando nuevas memorias y aprendizaje. Por eso, dormir está directamente relacionado con nuestra capacidad de aprender contenidos nuevos y memorizarlos. Lo que vivimos durante el día es recodificado para ser convertido en contenido útil al que podremos acceder en el futuro. Dormir aumenta nuestra capacidad de aprendizaje ya que fortalece las conexiones cognitivas.

Así mismo, una cantidad de sueño saludable es vital para la plasticidad cerebral, que es la habilidad del cerebro de adaptarse y aprender. Imaginen entonces el daño que puede causar la falta de sueño en el desarrollo de un bebé o un niño, que todos los días experimenta y aprende cosas nuevas. Las investigaciones indican también que, en el sueño, nuestro cuerpo inicia un proceso de eliminación de desecho de nuestras células cerebrales y de procesos metabólicos realizados durante el día, lo que hace que nos despertemos sintiéndonos renovados y lo que hace que un niño o bebé amanezca sonriente y feliz de iniciar un nuevo día.

¿Qué pasa si no dormirnos?

Muchos padres podrán comprobar que, cuando los niños no duermen lo suficiente su temperamento oscilará entre estar malhumorado e hiperactivo. No dormir lo suficiente elevara los niveles de cortisol lo cual conlleva a comportamientos irascibles, pataletas y llantos incontrolables.

Esta comprobado que no obtener suficiente descanso puede desencadenar las siguientes consecuencias:

  • Dificultad para concentrarse y mantenerse alerta
  • Agotamiento físico y somnolencia durante el día
  • Poca memoria, dificultades para recordar cosas
  • Disminución de la coordinación
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Irritabilidad
  • Aumento del apetito (lo cual provocará a largo plazo problemas de sobrepeso, hipertensión o diabetes)
  • En los niños pequeños y bebés, encontramos unos signos que nos pueden indicar si no están teniendo la cantidad de sueño que requieren:
  • Poca interacción con su entorno
  • Poca interacción con las personas que lo rodean
  • Evitar mirar cualquier cosa que resulte demasiado estimulante
  • Frotarse los ojos o halarse las orejas
  • Mostrar una evidente falta de energía
  • Bostezar excesivamente
  • Problemas para alimentarse
  • Tener dificultades para despertarse
  • Ser más propensos a tener gripa o enfermarse
  • Dificultades para regular sus emociones

El sueño cumple una función reguladora y reparadora en el organismo, restableciendo y reparando los procesos corporales que utilizamos día a día. Nuestro sistema inmune y nuestros sistemas de regulación como son las hormonas se verán directamente afectados y no podrán llevar a cabo sus tareas de forma efectiva ni eficiente. Se debe tener en cuenta que no solo influye la cantidad de sueño que se obtiene, ya que la calidad de ese sueño será un factor clave también.

¿Cuánto debe dormir un niño?

Las necesidades de sueño van a variar dependiendo de la etapa de desarrollo y la edad de cada niño, pero en términos generales se establecieron estos estándares que se recomiendan en bebes y niños sin ninguna condición médica especial.

  • 0 – 3 meses: 16 – 18 horas
  • 4 – 6 meses: 14 – 15.5 horas
  • 7 – 12 meses: 14 – 13 horas
  • 12 – 18 meses: 13 – 13.5 horas
  • 19 – 24 meses: 12 – 12.5 horas
  • 3 años: 11 – 12 horas

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